Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, y en Jesucristo, su único Hijo, y Señor nuestro, que fue concebido del Espíritu Santo, nació de la virgen María, padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió al cielo, y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso; y desde all vendrá al fin del mundo a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Universal, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y en la vida perdurable. Amén
Breve estudio
El Credo de los Apóstoles recibe tal nombre porque se cree que es una composición hecha por los mismos apóstoles, dividida en 12 proposiciones; o bien, que es una síntesis de sus enseñanzas al momento de pedir a los nuevos creyentes que profesaran la fe en Jesucristo, antes de ser bautizados.
La evidencia de un primer credo o proto-credo, se ve en la necesidad de confesar la fe en Cristo (Mat 10:32, 1ª Jn 4:2), Pablo, en Romanos 6:17 y 10:8-10, habla de una palabra y enseñanza que los creyentes pronunciaban. En 1ª Tim 3:16, Pablo redacta una fórmula o símbolo que tiene relación con el Credo de los Apóstoles. revelando una conexión temprana con las enseñanzas apostólicas. La Didajé, un antiguo manual cristiano del siglo I o II, también contiene referencias a la formulación del credo, destacando su importancia en la instrucción catequética y, probablemente, en el rito del bautismo (Didajé 7:2 y 9:5). Tertuliano, en su obra De Corona Militis, plasma un credo utlizado en el contexto del bautismo, el cual se conoce como credo romano. La correspondencia entre San Cipriano y Firmiliano, en el siglo III, hace notar la función del Credo como una parte integral del rito del bautismo, sugiriendo su papel central en la síntesis y transmisión de la fe a los nuevos creyentes.
Rufino, un teólogo e historiador del siglo IV, menciona que la historia del credo la recibió de épocas anteriores, que fue un trabajo conjunto de los apóstoles, y que tal fórmula de fe se llamaría símbolo (señal o contraseña). En el mismo siglo, la carta del Concilio de Milán al papa Siricio señala la importancia de “el Símbolo de los Apóstoles”, en las prácticas litúrgicas de la Iglesia. Harnack, un erudito, muestra la presencia de un credo parecido al romano en las iglesias orientales desde el siglo IV y reconoce el actual credo como la confesión bautismal de la Iglesia de Galia meridional, durante el siglo V, y la evidencia histórica de un credo desde el siglo II.
En cada siglo, el Credo de los Apóstoles se actualizaba de acuerdo con las herejías y circunstancias históricas que la Iglesia enfrentaba, como las persecuciones o el gnosticismo. Es, hasta principios del siglo VIII, que el Credo de los Apóstoles adquiere su forma definitiva.
El credo de los Apóstoles no necesariamente tiene que haber sido escrito por ellos, pero nos basta el conocer su presencia y uso a lo largo de la historia de la Iglesia Universal y su fidelidad a la doctrina de los apóstoles.
Comparativa
Se muestra una tabla donde se separa por preposiciones el antiguo credo romano, el Credo Apostólico en español (de acuerdo con la traducción protestante), luego en latín y, finalmente, una selección pequeña de versículos donde se hablan tales doctrinas.
P. | Credo romano | Actual | En latín | Versículos bíblicos |
---|---|---|---|---|
1 | Creo en Dios Padre Todopoderoso; | Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, | Credo in Deum, Patrem omnipotentem, Creatorem caeli et terrae. | Gen 14:19 y 22; 2 Cor 6:18 |
2 | y en Jesucristo, su único Hijo, Señor nuestro; | y en Jesucristo, su único Hijo, y Señor nuestro, | Et in Iesum Christum, Filium eius unicum, Dominum nostrum: | Zac 12:10; Juan 1:18; 3:16 y 18 |
3 | que nació del Espíritu Santo y de la virgen María; | que fue concebido del Espíritu Santo, nació de la virgen María, | qui conceptus est de Spiritu Sancto, natus ex Maria Virgine, | Luc 1:26-35; 2:1-7 |
4 | crucificado en tiempos de Poncio Pilato y enterrado, | padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado; | passus sub Pontio Pilato, crucifixus, mortuus, et sepultus, | Mat 27, Luc 23 |
5 | al tercer día resucitó de entre los muertos, | descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; | descendit ad inferos, tertia die resurrexit a mortuis, | 1 Ped 3:19-20; Efe 4:9-10; Hch 10:40; 1 Cor 15:4 |
6 | subió a los cielos, | subió al cielo, y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso; | ascendit ad caelos, sedet ad dexteram Dei Patris omnipotentis, | Hch 1:9-11; 1 Ped 3:22 |
7 | está sentado a la diestra del Padre, | y desde allí vendrá al fin del mundo a juzgar a los vivos y a los muertos. | inde venturus est iudicare vivos et mortuos. | Mat 24:30-31; 2 Tim 4:1;1 Ped 4:5-6 |
8 | de donde vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos, | Creo en el Espíritu Santo, | Credo in Spiritum Sanctum, | Jn 7:39; Hch 1:5 y 8 |
9 | y en el Espíritu Santo, | la santa Iglesia Universal, la comunión de los santos, | sanctam Ecclesiam catholicam, sanctorum communionem, | Efe 5:27; Apo 21:9-14 y 22-27 |
10 | la Santa Iglesia, | el perdón de los pecados, | remissionem peccatorum, | Hch 2:38; Col 1:14; 1 Jn 1:9 |
11 | el perdón de los pecados; | la resurrección de la carne | carnis resurrectionem, | Rom 6:5; Heb 6:2; 1 Ped 1:3-5 |
12 | la resurrección de la carne. | y en la vida perdurable. Amén. | vitam aeternam. Amén. | 1 Jn 1:2 y 2:25; Jud 21 |
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