Con este artículo se cierra las tres partes del culto cristiano. Se verá un tema poco estudiado, que es la profundidad y riqueza del trabajo del Espíritu Santo en el desarrollo del culto, cómo se conecta con la escatología y luego veremos la fe en Jesús como única vía para guardar el sábado.
5 Pneumatología y culto cristiano
5.1 En Espíritu y en verdad
La fe y esperanza demuestran que aún no recibimos lo prometido y que a la vez sí. Esto lo vemos más claramente en la declaración de Jesús a la mujer samaritana.
¿A qué se refiere Jesús cuando dice “Mas la hora viene y ahora es”? Jesús está mostrando la tensión del “Sí y no” también en el área de la adoración. Jesús utiliza palabras semejantes en Juan 5:25 en clara referencia a la vida eterna que él, Cristo, da a los muertos en vida. Es un “sí y no” porque sí da vida eterna a esos muertos, mas es no porque el creyente aún morirá hasta tener el cuerpo glorificado.
Jesús dice que ese momento justo de escuchar su voz y recibir su vida es ahora. Es ahora porque ya se nos anunció el evangelio y ya hemos pasado de ser muertos en el pecado a vivos en Cristo. Ya gozamos de la vida en abundancia que él nos da.
Sin embargo, para el creyente, ya viene la hora en que oirá la voz de Cristo y él le dará vida; ya viene el momento justo. Es decir, que ese momento está en camino, porque aún no está completo. No es lo mismo decir “viene la hora de comer”, a decir “es la hora de comer”. En efecto, aún morimos, aún nos enfermamos, sufrimos. Aunque Jesús nos ha llamado con su dulce voz a salvación, él nos dará un nuevo llamado, como lo dice en Juan 5.28, un llamado que nos pasará de muerte a vida, a vida eterna en él.
Entendiendo esta tensión del “sí y no”, nos podemos acercar a nuestro pasaje “La hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad”:
El “antes fue”
- No somos dignos de adorar a Dios por nuestro pecado Isa 64.6
- No queremos adorar a Dios por nuestra maldad Rom 3.10-13
- Dios es tan Santo y no tolera el pecado, que no podemos permanecer delante de él en nuestra condición Sal 5:4-5
El “ahora es”
- Jesús nos ha llamado Jn 20:30-31 y Rom 10:8-11
- Jesús nos pasó de muerte a vida Juan 5.24 Gal 2.20
- Jesús nos lleva a adorar al Padre Sof 3:9
- ¿Cómo es adorar en verdad? En el nombre de Cristo Juan 14:6
- ¿Cómo es en Espíritu? Rom 8:15
El “viene la hora”
- Seguimos creciendo al adorarle (contemplar es una forma de adorar) 2 Cor 3:18
- Veremos a Dios cara a cara 1 Cor 13:12
- Nuestra adoración será pura, sin tentaciones, sin afanes
5.2 Ya – Aún no
Si se repasa los elementos esenciales del culto, se puede notar que siguen siendo los mismos y, quizás (pues no podemos alcanzar a imaginar lo más mínimo) permanecerán, en cierta medida, cuando estemos en la presencia del Padre. En cuanto a los elementos litúrgicos, estos están presentes, en diferentes formas, a lo largo de la Biblia y de la historia de la Iglesia. Las limitantes del culto veterotestamentario[1] permanecen en el culto cristiano, aunque ya no de la misma manera, pues el verbo se hizo carne.
Culto veterotestamentario | Culto cristiano |
Es terrenal | Es terrenal |
No es eterno (necesita un ciclo de repeticiones) | Es eterno “ya-todavía no” |
Está recluido a sus zonas de adoración y a sus oficiantes | Todos somos ministros y sacerdotes |
Es una sombra de lo que ha de venir | Es como el reflejo en un espejo raspado (1 Cor 13:12) |
Es un símbolo, no un fin | Es un clamor de esperanza (Mat 25:1-13) |
Tiene una caducidad | Tiene una caducidad (1 Cor 13:8-12) |
Tiene un límite de adoración | Si bien, la Iglesia Universal no tiene un límite de adoración, sí sucede con la Iglesia Local, en donde hay trigo y cizaña. (Mat 13:24-30, Apo 2-3) |
Tiene un fin pedagógico y no salvífico | Tiene una esperanza viva (1 Ped 1:3-5) |
No puede quitar los pecados del hombre | No puede quitar los pecados que ya fueron quitados “una vez y para siempre” |
Por el momento, el espíritu Santo es nuestra certeza de lo que aún no entendemos (Efe 1:9-14). Él nos guía en el presente (Jn 16:13) hacia la correcta adoración (Jn 16:14-15) y es nuestra promesa certera y tangible de las que cosas que aún no podemos ver:
Efesios 1:11–14 (RVR60): En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.
5.3 Evidencias del Espíritu
Dice Pablo A. Deiros:
Nos molesta algo que no podemos controlar y que quiere controlarnos a nosotros. Tememos que el Espíritu interrumpa nuestros programas tan cuidadosamente planeados y nuestros procedimientos tradicionales tan cómodos y aparentemente seguros (19)
Y suma las palabras de Samuel Escobar:
El temor a los excesos del movimiento carismático, el conservadorismo de formas más que de esencias, y el desconocimiento de la riqueza de la Palabra de Dios, explican que cuando se menciona el tema del ‘Espíritu Santo’ una cierta inquietud recorra mentes y corazones. La gente se pone en guardia, como para ver si aparece la temida herejía, y si el que habla se sale de la línea. Se tiene la sensación de que cunde un cierto miedo a la libertad del Espíritu. Y esto puede ser trágico, porque si el Espíritu no tiene libertad de acción, no hay iglesia ni hay misión.
Aunque haya un temor ante la “temida herejía” sí es necesario formular si es que el Espíritu Santo está dirigiendo nuestros cultos, para evitar que no seamos ni Iglesia ni misión, sino un grupo fuera del Redil del Maestro.
Las evidencias del Espíritu son:
- Su fruto (Gal 5:22-23 y Efe 5:9)
- Amor
- Gozo
- Paz
- Paciencia
- Benignidad
- Bondad
- Fe
- Mansedumbre
- Templanza
- Justicia
- Verdad
- Obediencia (Stg 2:17-26)
- Seguridad (Efe 1:13)
- Alabanza
- Anuncio del Evangelio
6 Cristo y el día de reposo
En un enfrentamiento con los fariseos, Jesús nos permite atisbar un gran misterio:
Mateo 12:5–8 (RVR60): O ¿no habéis leído en la ley, cómo en el día de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo, y son sin culpa? 6 Pues os digo que uno mayor que el templo está aquí. 7 Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes; 8 porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo.
Aunque los fariseos habían puesto muchas prohibiciones en el día de reposo, la ley si prohibía explícitamente las siguientes actividades: Cocinar Éxo 16:23, recoger comida Éxo 17:26, recoger leña Num 15:32-36, cargar cosas y atravesar ciudades con ella Jer 17:21, hacer obra alguna, nadie Éxo 20:10, trabajar Éxo 31.15 y Neh 13:15-17, suspender el sábado Éxo 31.16, encender fuego Éxo 35.3, convocar al pueblo Lev 23.3 e Isa 66:23, comprar Neh 10:31.
De acuerdo con Éxodo 31:14, la persona que quebrantada el sábado moriría y o sería cortada del pueblo, sin embargo, Jesús muestra cómo, para cumplir el sábado, es necesario, paradójicamente, transgredirlo. Además de la transgresión que Jesús menciona en Mateo 12:5, también las siguientes actividades conllevan el rompimiento del día de reposo:
Para los levitas: amasar Num 28:9, amasar y cocer Lev 24:5, cargar y colocar panes 1 Cró 9:32, labores diversas en el Templo 2 Cró 8:12-14, cargar leña Lev 6:12-13.
Para todo el pueblo: circuncisión en día de reposo Jn 7:22-23, recoger ramas Lev 23:39-40, llevar sacrificios al Tabernáculo Lev 12:6-8
Otras acciones que permitían transgredir el día de reposo son: Ir por agua Luc 13:15, salvar a otros Luc 14:5, dar pan de propiciación a otros 1 Sam 21:1-6 y Lev 24:9 (David, sus hombres y sacerdotes), y que los soldados hicieran guardia 2 Rey 11:5.
La suma de todas estas actividades, atestiguadas por la Biblia, dan testimonio de cómo se quebrantó aquello que textualmente se pidió no ser quebrantado. No se puede separar el amasar del cocinar, para cocer una masa hay que prender fuego, para prender fuego hay que estar cargando constantemente leña de un espacio al holocausto, para llevar un animalito había que trasladarse, darle de comer y más cuando se congregaba a todo el pueblo. Por lo tanto, el día de reposo tiene excepciones, que se resumen en estar: en el Templo, sirviendo como levita, sirviendo en palacio del Rey, ayudando a otro a cumplir la Ley; o en fuerte necesidad de: Comida y bebida, seguridad, sobrevivir y cumplir la ley.
Si hay mandamientos que anulan el día de reposo, es porque hay algo mayor que el día de reposo, dado que, si el día de reposo fuera lo mayor, no habría nada que lo quebrantara ¿Es una circunstancia, lugar, posición?
Mt 12:7–8. Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes; porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo.
Si comparamos Oseas 6:6 con Isaías 29:13ss se puede distinguir que misericordia es diferente a cumplir la ley; que cumplir con un sacrificio no implica un conocimiento de Dios; que puede haber un conocimiento vacío, sin Dios (Isa 1:10-17). De donde comprendemos que no es Dios el beneficiado cuando el hombre cumple el sábado, sino el hombre al recibir una bendición en tal mandamiento ¿Cómo entonces? Jesús, al ser Señor del sábado, fija el parámetro de cómo ser adorado ¿cumpliendo la ley? ¡No! Por cuanto la misma ley demuestra su incapacidad y la posibilidad de ser cumplida con un corazón apartado de Dios ¿Cómo, entonces, guardamos el día de reposo?
No se puede guardar el día de reposo a través de la ley. Esto son, en realidad, buenas noticias. El día de reposo ya está guardado en Cristo (Mat 12.7 y 5.17), por lo que no nos corresponde llegar al cumplimiento del sábado a través de la ley, no, el cumplimiento del sábado se hace a través de la fe, la misma fe que hizo acepto el sacrificio de Abel, la misma fe que permitió a Abraham ofrecer a su hijo, la misma fe que llevó al pueblo a cruzar el Mar Rojo. El día de reposo está cumplido en Cristo y se nos llama a una libertad (Gál 5.17) y no a una opresión (Gá.l 2.5), pero sin libertinaje (Gál 5.13-15).
Aún guardar el sábado no es por nuestras obras, sino por la fe en Jesucristo.
7 Conclusión
Como cristianos es necesario atrevernos a preguntarnos verdaderamente ¿En verdad amo a mis hermanos? ¿Honestamente predico el Evangelio? ¿No nos defraudamos ni engañamos? ¿Hay paz en mi congregación? ¿Somos mansos los unos para con los otros? ¿No se manifiestan las obras de la carne en mi iglesia local? que son:
Gálatas 5:19–21 (RVR60): adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas
Cuando confrontamos nuestra realidad con la exigencia de Dios nos damos cuenta de que verdaderamente el Señor sostiene a su Iglesia por gracia y que la base el culto cristiano, como explicaba Hebreos, es meramente por fe.
Si el Tabernáculo eran sombras de lo que habría de venir ¿No será nuestro culto actual un breve atisbo de la luz de lo que veremos cuando estemos en la ciudad celestial? Como Pablo escribía:
1 Corintios 13:8–12 (RVR60): El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; 10mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido
Que el Señor no nos encuentre levantando altares como los de Caín, sino como los de Abel y aún mayores que los de Abel, por cuanto Cristo ya está con nosotros. Con una fe no construida por nosotros mismos, sino por el Espíritu Santo
8 Bibliografía
Biblia, la Santa. Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera (Trad.). Revisión 1960 (RV60). Miami: Sociedades Bíblicas Unidas, 1998
Claudionor Corrêa de Andrade, Diccionario Teológico: Con un Suplemento Biográfico de los Grandes Teólogos y Pensadores (Miami, FL: Patmos, 2002), 109.
CFW. “Confesión de Fe de Westminster”. Ramírez Alvarado, Alonso. (Trad.). Los estándares de Westminster. San José: CLIR, 2010. Impreso
Deiros, Pablo A., El Espíritu Santo hoy. Buenos Aires: Proforme, 2010. Impreso
Deiros, Pablo A., «Prefacio a la Edición Electrónica», Diccionario Hispano-Americano de la misión (Bellingham, WA: Logos Research Systems, 2006).
Everett F. Harrison, «CULTO», ed. Everett F. Harrison, Geoffrey W. Bromiley, y Carl F. H. Henry, Diccionario de Teología (Grand Rapids, MI: Libros Desafío, 2006), 151.
Ferguson, Sinclair B., David F. Wright, y J. I. Packer, eds. Trad. Hiram Duffer. Nuevo diccionario de Teología 2005 : n. pag. Print.
INPM. Libro de Culto y Liturgia. Edited by Iglesia Nacional Presbiteriana de México, El Faro, 2018
Mateo-Seco, Lucas F. “La escatología en San Agustín.” (2002).
Viciano, Alberto. “La visión de la historia en Eusebio de Cesárea y Agustín de Hipona.” (1996).
Comentario Biblico Mundo Hispano: Tomo 1. Génesis. Vol. 1. (CBMH) Zórzoli, Rubén O. Et al. Editorial Mundo Hispano, 2007.
[1] Explicadas en el punto 2.4
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